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Presentación del Candidato


En el dilatado repertorio de mi ignorancia ocupa un lugar destacado la responsabilidad por el bien común, hasta tal punto que lejos de ser una aventura anhela en convertirse vocación y respeto.

El valor de las ideas que encierra UPyD es lo que vale, tiene fuerza, poder, juventud; atracción, por eso lo percibo como valor, se convierte en objetivo, con otras palabras, cuando una cosa es valiosa para mi, me esfuerzo en conseguirla.  

Todas las personas tienen siempre algo de razón, quizás no toda, pero si alguna. Que no alcancemos a verla o no nos interese es otro tema, muchas veces se equivocan los otros, verdad?. Si creemos en propuestas desde la estética por qué no pensar desde la ética: ver y tratar a las personas como son; que cada quien tenga una mirada no es un defecto, es una situación que nos invita a mirar.
El núcleo más esencial de mi práctica democrática está en el interés por lo que el otro dice, piensa, hace.

Esta manera de SER me procura que las voces de todos puedan ser escuchadas para poder comprender y tomar decisiones colectivas que se inspiren en el bien común. Este no existe sin la participación de todos con sus intereses, necesidades y posibilidades de acción reales.

La legitimidad democrática está basada en esa posibilidad de participación de todos.

A diferencia del elitismo que busca que los mejores, los más sabios, los más ilustrados —los filósofos— dirijan y gobiernen para el bien común; la democracia busca que todos participemos en las decisiones, porque la articulación de las voces refleja las necesidades, anhelos e intereses de todos, que deben negociarse para conseguir ese mismo bien común. Además, sólo participando aprendemos a participar. De ahí que resulte fundamental  aprender a escuchar las distintas voces, entender de dónde vienen, qué buscan, por qué reivindican y reclaman lo que demandan.
Fuimos homo faber antes de ser homo sapiens y, quizá, aún hoy nos definimos más por lo que hacemos que por lo que pensamos.

El reto ya no es la persuasión ni la instrucción, es el tiempo para pensar, para relajar, para confrontar, para divertir, para poner a rodar la palabra, el pensamiento y la razón.




Gracias por tu capacidad de ser y hacer de UPyD un gran partido.
Ányelo Afonso