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Sabiduría y sabios

 Gregorio amigo:

Tu sabiduría ya ejerce un dominio sobre los demás, impregnada de moderación, sosiego, armonía, autodominio, templanza. Este carácter irracional de tus sentimientos, claramente percibido por tus amigos y denominado bondad y alegría es causante de que nuestras vidas no todo sea exacto y coherente: hay un ancho margen para la fantasía y el misterio, e incluso para la irracionalidad.

Esta sabiduría espontánea que tus virtudes provoca predispone tremendamente el pensamiento y los sentimientos refuerzan las convicciones y les dan fuerza: cuando las cosas se sienten, son más nuestras. La diferencia entre una buena persona y una mala persona es si «está convencido» de lo que dice, es decir, si lo siente como suyo, o «recita» la lección como si no le importara. Tus sentimientos convocan más fácilmente la atención de los demás, hacen que las cosas nos importen, suprime la indiferencia: y pone pasión en lo que dices o haces, arrastra a otros a escucharte, a seguirte.

Tus sentimientos aparecen siempre en el origen de nuestro actuar, en forma de deseos, ilusiones, esperanzas o incluso temores. Nos acompañan luego durante nuestros actos, y surgen también cuando los hemos concluido, haciendo que nos invadan la tristeza, el desanimo o la angustia.

Ahora tu ausencia manifiesta una confusa impresión en nuestros sentimientos, oscuridad, misterio, irracionalidad; y ajeno a nuestro control, provoca dolor y más dolor.

Gracias al dolor no te olvidamos, te recordamos siempre.

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