Un argumentum ad
verecundiam es una falacia lógica y un
móvil retórico propio de la refutatio del discurso, e implica refutar un
argumento o una afirmación de una persona aludiendo al prestigio de la persona
opuesta que sustenta el argumento contrario y el descaro del que se atreve a
discutirlo, en lugar de considerar al argumento por sí mismo. Como tal es lo
que vulgarmente se denomina una descalificación, ya que pretende menguar la
categoría de un argumento mediante la apelación a la escasa formación o prestigio
de quien lo sostiene en comparación con el de su oponente. Puede considerarse
una variante del argumentum ad hominem o argumento contra las características
de una persona y no de un asunto.
Un argumento ad verecundiam tiene esta estructura:
1. A afirma B;
2. A goza de un prestigio o credibilidad por encima del que
lo contradice.
3. Por tanto, B es cierto.
Como una técnica retórica, es poderosa con quienes se
convencen con sentimientos en vez de con razones y por ello se usa a menudo, a
pesar de su falta de sutileza, cuando se trata de apelar a masas poco
instruidas, que no es nuestro caso gracias a Dios. Es muy parecido al argumento
de autoridad o magister dixit, que insiste más en el prestigio y valer de la
persona que sustenta una opinión en vez de en el descaro o desvergüenza del
oponente.
Debe quedar claro que la Sra. tiene el propósito con su
discurso de acreditar el argumento por las características de quien lo afirma,
sin tener en cuenta las pruebas a favor o en contra y mucho menos por supuesto
la evidencia o premisa de un razonamiento.
¿No querían café?, tomen dos tasas por favor.
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