UPyD
permite implementar en el medio escolar, familiar, medios de comunicación
social y formativos, un proceso educativo orientado a modificar algunos de los
factores asociados al inicio o experimentación, y uso de sustancias en edades
escolares. La influencia de nuestras acciones merecen espacios de reflexión,
aprendizaje y reducción de aquellos factores de riesgo influenciables, así como
promover y potenciar aquellos factores de protección ante la oferta de drogas
en los espacios recreativos.
Obviamente
representa una estrategia pedagógica para el currículum escolar con
adaptaciones específicas desde el aula y potenciando a todos los agentes que
integran la Comunidad educativa.
La
Promoción de la Salud ha de ser el contexto ideal para la aplicación de estas
acciones porque desde esta perspectiva se concibe como estrategia integral que
se crea y se vive en el marco de la vida cotidiana: en los centros educativos,
en la familia, en los espacios de recreo etc, etc. Es el resultado de los
cuidados que uno se dispensa a sí mismo y a los demás, de la capacidad de tomar
decisiones y de controlar la vida propia y de asegurar que la sociedad en que
uno vive ofrezca a todos sus miembros la posibilidad de gozar un buen estado de
salud.
Las
acciones políticas reflejadas pasan por una coordinación intrasectorial y
entendiendo las drogodependencias como un fenómeno que afecta de modo negativo
a la vida de los individuos y de la comunidad en su conjunto, parece que debe
ser incluida dentro de una amplia Política Social concebida como el conjunto de
acciones que tienden a mejorar las condiciones de vida en los aspectos
psicosocial, económico, jurídico, de manera que favorezca la igualdad entre los
ciudadanos.
La
educación tiene un campo no sólo de reflexión, sino también de actuación,
precisamente porque su tarea es conseguir el pleno desarrollo de todos y cada
uno de los individuos de la comunidad.
La
escuela como institución educativa debe tener conciencia de todas las
implicaciones que el consumo de las drogas legales e ilegales tiene para el
futuro desarrollo de los individuos.
La
necesidad de plantear acciones educativas para prevenir el abuso y el uso
problemático de drogas es primordial para UPyD. Muchas de las primeras acciones
preventivas constituyen en nuestro
municipio, en nuestra ciudad enfoques articulados alrededor del miedo y a las
consecuencias negativas del uso de drogas en algunas de las intervenciones
aunque prevalece la ausencia de programas específicos y de carácter universal.
En
la evaluación de estos enfoques hemos demostrado que su aplicación tuviera
algún efecto positivo en el comportamiento, y en algunos casos, se llegaron a
observar efectos contrapreventivos.
Por
ello, estos planteamientos deben
evolucionar hacia un modelo médico de prevención de la enfermedad, que a su vez
dado su carácter mecanicista, requiera también de la incorporación de los análisis Psicosociales más globalizadores.
El
reconocimiento teórico sobre la multicausalidad de la conducta adictiva tiene
hoy poco impacto en la práctica preventiva actual de nuestra ciudad. La
creencia subyacente a estos
planteamientos es que una vez que se muestra a los niños y adolescentes los
hechos sobre las consecuencias negativas
del consumo de drogas, los jóvenes son capaces de desarrollar actitudes de
rechazo hacia las drogas y tomar decisiones saludables con relación a sus
estilos de vida.
Los
estudios descritos han aportado suficiente
material para la identificación
de situaciones asociadas al abuso de drogas y potencialmente precursoras
o facilitadoras de conductas problemáticas relacionadas con el uso y abuso.
Desde
Unión Progreso y Democracia se considera importante realizar a partir de este
punto alguna reflexión sobre el uso de sustancias psicoactivas en nuestra
Ciudad, principalmente sobre aquellos aspectos relevantes que ayude a situar el
impacto social de este género de conductas y de diseño de políticas públicas
más eficaces. Si centramos inicialmente la importancia en los ciclos de
consumos y sus problemáticas, la normalización del policonsumo como pauta
dominante contribuye a difuminar la diferencia entre drogas lícitas e ilícitas.
Es conveniente que los esfuerzos en este trabajo deben orientarse hacia la
coordinación de los recursos de toda la comunidad más cercana y vinculada a
estas estrategias con el fin de que cada individuo y colectividad genere su
propio potencial y esté en condiciones de responder y afrontar a los retos
ambientales, de tal manera que cada individuo pueda introducir en su realidad y
en su proyecto de vida los cambios necesarios que hagan posible el cuidado de
la misma.
Muchos
de los jóvenes de nuestra ciudad se enfrenta a una gran cantidad de estrés
originado por la competitividad en el centro escolar, aprender a manejar las
relaciones con otras personas, afrontar las presiones sociales y planificar el
futuro. Necesitan sentirse competentes y con esperanza para llevar a cabo sus
proyectos de futuro. Necesitan poder tomar decisiones independientes y asumir
la responsabilidad de las elecciones que les afectan a ellos y a ellas, y a
otras personas. Esperan ser capaces de hacerlo todo y la presión por hacerlo
bien a menudo les quema, y les puede conducir a trastornos psíquicos y físicos
relacionados con el estrés.
Existen
jóvenes de nuestra ciudad que están muy familiarizados con el tabaco, el
alcohol u otras drogas. Para algunos de ellos, las drogas son una forma de
relajarse, escapar de los problemas, o ganar dinero fácil. Las personas adultas
que se encuentran próximas a estos y estas jóvenes suelen desear intervenir en
el momento en que se presente el mínimo problema.
Es
por todo esto por lo que nadie se sorprendería de las propuestas que Unión
Progreso y Democracia quiere hacer hincapié: "La aplicación de Programas
de Prevención", como el camino más eficaz para evitar problemas futuros,
que en el caso de las conductas adictivas, se agravan con el tiempo y su
resolución, una vez instauradas, es muy compleja y costosa.
"
La Prevención " representa, sin duda, para UPyD una de las mejores
estrategias capaz de incidir directamente en las causas que propician la
drogadicción y resulta, en definitiva, la más eficaz de las soluciones.
Constituyendo
esta la más humanista y eficaz, también es la más complicada, laboriosa y
dilatada de los objetivos tácticos ha desarrollar.
Una
aproximación educativa sobre la conducta llevará a la persona a una actitud
sana ante la vida, proyectando en ella acciones específicas de Información y
Sensibilización sobre el uso abusivo de las Drogas.
Muchas
familias no están seguras de que sus criterios encajen con los signos de los
tiempos. No quieren ser autoritarios, pero tampoco se sienten cómodos actuando
con una tolerancia, que en pocas ocasiones les parece desidia. Alguno de los
padres continúan creyendo que le inicio del consumo de alcohol y tabaco forma
parte del proceso natural de desarrollo del adolescente. Esta es una actitud
que entraña no pocos riesgos, si atendemos al considerable número de problemas
relacionados con el abuso de tales sustancias, ( especialmente entre los más
jóvenes en el caso del Alcohol. Tomar conciencia de tales riesgos será de mucha
utilidad.
Siendo
conscientes de que no es posible determinar un método que pueda considerase
válido para todas las realidades dado que este se construye en función de los
objetivos y la realidad cambiante, se propone la elaboración de un Plan
Municipal para la Atención, Tratamiento y Prevención de las conductas adictivas
que instrumentalice, coordine y evalúe las acciones a ejecutar.
Por
último UpyD apuesta para que los
esfuerzo sean orientados hacia la Prevención Universal, especialmente en los
centros educativos, además de consolidar amplias redes de recursos
asistenciales. En la actualidad sin embargo, se pone en evidencia la existencia
de un terreno de nadie, a caballo entre dos niveles de intervención, selectiva
e indicada, un vacío respecto a las actuaciones destinadas a menores que tienen
un uso de sustancias normalizados en el medio escolar.
Área
de Políticas Sociales y Bienestar Social
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