Si
el nuevo modelo productivo capaz de competir en un mundo globalizado se
fundamenta en el conocimiento está claro que el sistema educativo es el gran
protagonista en la generación del conocimiento y por supuesto de las fuentes de
riqueza como el trabajo.
Al
igual que una familia no pone en primera fila de sacrificios la educación de
sus hijos, un estado tampoco debe pasar tijeras a la educación si para este es
un valor de excelencia por cuidar. En UPyD somos conscientes que devolviendo
las competencias de educación al estado podemos evitar retroceder más escalones
en algo tan vital como la productividad de las personas y del conocimiento.
El
acceso a la educación a todos por igual y con las mismas garantías tiene que
ser un imperativo ético para beneficio de la comunidad y con independencia del
lugar donde se encuentre. Por otro lado si se opta por una justicia de acceso
tenemos que ser consecuentes y disponer de los mismos recursos para tod@ e
intensificar los procesos de aprendizaje como algo integral y duradero.
Por
lo tanto aquí tenemos dos retos que se complementan: un sistema educativo que
tiene la oportunidad de desarrollar vocaciones profesionales y por otro lado un
sistema económico que tiende su productividad hacia el conocimiento: más empleo
de alta cualificación. En definitiva es apostar por la conjugación de lo
personal y el modelo de desarrollo.
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