Las
ideas más interesantes arrancan desde esa necesidad de crear la Revolución del
Bien para poder así hacer justicia y por otro lado Vivir con autenticidad. La razón humana, cuando no está dañada por el
error, es capaz de conocer el bien que representa la conducta humana, no es
opinión, no es opción, no es elección, es verdad. Por ello es necesario apartar
el frunce del entrecejo, distender las arrugas de la frente y dejar entrar el
brillo de la luz en los ojos, en ese momento estamos preparados para ver y
comprender todo lo que acontece.
En
muchas ocasiones el ser humano es reducido al status de cosa, por ello
susceptible de ser manipulado como cualquier objeto. Gracias al grado de perfección
y de individualidad que le confiere su naturaleza racional, la persona se
constituye en sujeto y se distingue del resto, siendo ejemplar único, singular,
particular e irrepetible.
En
la mayoría de los análisis realizados en los últimos años, está demostrado el
efecto de acogida permanente que ha tenido y tiene la familia en los momentos
de crisis ya sean personales, estructurales e incluso coyunturales ( paro,
marginación, vivienda ..), otra vez más la familia actúa, sobre ella recaen las
dificultades asumiendo la función de mantenimiento de las condiciones vitales
mínimas necesarias. Qué pasaría si por un instante nuestro pensamiento se
instala en la ausencia de familia, ¿cómo seriamos?, ¿seríamos? La solidaridad
familiar, concepto esencial para comprender sus funciones, y que nos habla de
estrategias compartidas y solidarias, funciona a lo largo de todo el ciclo
familiar, actuando con continuidad y con independencia.
Cuando
falta el mecanismo regulador, el apoyo familiar, se deja en manos de la socialización
colectiva de los grupos la construcción de valores que van a guiar los
comportamientos y en definitiva el proyecto de vida.
Todas
estas circunstancias añaden elementos de vulnerabilidad que se encuentra en la
misma raíz de un gran número de problemas que afectan especialmente a nuestra
sociedad actual. Una sociedad en donde los valores solidarios son sustituidos
por el triunfo individual y acumulación de bienes en una falsa felicidad. Lo
que es triunfo para unos es frustración para otros. En otros momentos esto era
casi invisible, o sólo se intuía; Actualmente todo vale, todo se nos muestra,
aunque no podamos nunca alcanzarlo. El mundo aparentemente se hace visible,
aunque la invisibilidad empieza a trasladarse.
El
reto está en saber vivir con coherencia el proyecto de vida, reconociendo el
hecho de ser único, particular y singular, asumiendo las obligaciones con
responsabilidad, huyendo de las falsas excusas que impidan o lesionen el
cumplimiento y viviendo con realismo cada una de las situaciones bajo el prisma
de las posibilidades.
Anyelo
Afonso
Responsable de Organización, Política Social y Bienestar Social
del
Consejo Local de Telde de Unión Progreso y Democracia.
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