Para
educar integralmente no basta con saber cómo funciona el cerebro o la dinámica
de las emociones; es preciso conocer dónde está el bien y ponerlo en práctica.
Al hablar de inteligencia moral, la inteligencia ha de servir para, ante todo,
conocer el bien.
Aunque
el concepto de inteligencia moral aparece como algo nuevo, la filosofía y la
ética se han preocupado de él a lo largo de la historia como la capacidad de
realizar buenos razonamientos morales. ¿qué es un buen razonamiento moral y por
qué? Una moralidad inteligente y madura ¿requiere previamente en la persona una
capacidad lógico intelectual? ¿Cuál es la relación entre lógica y moral? ¿Qué
tiene que ver la emoción, el sentimiento, en todo esto?
Fueron
niños también en Bildu; pero, La
importancia de la dimensión moral en sus vidas fraguó otro sentir más ajeno que
propio. Probablemente durante años veía los problemas de sus conciudadanos con
las lentes vallinclanescas y reduciéndolo todo a la dimensión del esperpento.
“Todo lo demás me da mucha risa”. La importancia de su realidad exclusiva no
permitía otras.
Todos
somos criaturas de “cognición, pasión y propósito”, intentamos ordenar nuestros
conocimientos y deseos de modo que nuestra vida tenga sentido. Nunca debemos renunciar a ello.
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